MUTACIÓN ANTROPOLÓGICA


¿Por qué no partir de lo sencillo, como hace el humor ácido de Benigni? Partiendo simplemente de las berenjenas o de una casa, muestra la absurda catástrofe en que nos hemos convertido. Hilarante y a la vez horrible.




La mutación antropológica del capitalismo es expansiva. Aquí vemos en clave de humor en qué nos hemos convertido.

La contrarrevolución que lleva venciendo cincuenta años no consiste esencialmente en un "cambio tecnológico", tampoco en el banal "todo está cambiando", esto son fenómenos ambiguos cuyo signo político es sistémico, no singular. En realidad la contrarrevolución vence en la inapelable asimilación de un mundo hostil. Es esta asimilación interna la que produce una mutación antropológica, imparable ya a principios de los '80, cuando rueda Benigni. En el sentido común hilarante del protagonista reconocemos su abismo insalvable.

Esta mutación consiste 1) en la aceptación del sentido común económico, que encarna el banquero y que se ha vuelto absurdamente lógico, y 2) en la extensión monstruosa de la erradicación del mundo campesino o suproletario al que pertenece el personaje de Benigni, donde dudar de la palabra dada constituía la mayor ofensa, donde los recursos están para ser compartidos, donde las cosas se dan y se devuelven. 

Los efectos que dicha erradicación y aceptación han producido como modificación de la estructura íntima de nuestras vidas son la catástrofe.





 

LAS ALMAS EN OTROS YO

Y LA INMORTALIDAD DEL CUERPO

Marilyn Strathern - Foerster Lecture 2018

VOS


 

JORNADAS DE FINAL DE INVIERNO
OVNI 2020




Arqueología de la mirada

2020. Ovni avanza hacia el origen de una de las grietas que nos rompen. ¿Qué rebusca la arqueología removiendo la tierra de los muertos? No solo busca ruinas para exponer con una falsa vida en los museos. Pues lo primero que encuentra la mirada arqueológica son los mitos donde se baña la Historia, desde el principio. Las sorprendentes historias nocturnas que nos contamos en el viaje, almas en peligro que combaten, la eterna lucha entre el bien y el mal... Desgarro, que podemos transitar cuando arriesgamos una manera de vivir. Al otro lado, están los mitos del poder: redundancia de la seguridad que manipula palabras mudas, mayúsculas imágenes y banderas reposantes en sí mismas, que explican cualquier cosa no necesitando ninguna explicación. Espectros petrificados, grandes personajes muertos, fechas evidentes por sí mismas. Manipulación cegadora de lo que cantamos y nos contamos, que nos permite seguir caminando en círculos en torno a un abismo que crece. Una extraña fe.




Contexto 1

Hoy, cuando buscar positivamente la felicidad es todavía mentir, en el largo ocaso de una civilización que se derrumba.

Ocaso. Cada día la belleza del ocaso nos entrega una promesa de felicidad en su fugaz desvanecerse. Las nubes nos devuelven entonces el doble que nuestra mirada refleja. Visión del oculto punto ciego que se desparrama en nuestra visión, ahí donde empieza a sonar la alteración de la sangre.


Hoy, miles de cuerpos baten a oleadas las puertas de la ciudadela Europa. Escapan de la guerra y de la miseria inducidas por el presente, gobernado por la falsedad esencial a la política. El campo de Moria, jugando con las vocales del destino, dispone vertederos colapsados, como siempre, para la caravana incesante de las familias y los jóvenes que huyen... atraídos por la higiénica imagen de Occidente en las pantallas. «En África conocemos Europa por la TV, pero no se entiende bien de qué trabaja el hombre blanco». Como tampoco entendemos que la diferencia económica, moneda estructural y metafísica que también posee fuerza magnética, es aquello que precisamente les constituye y nos constituye, en la pinza de un dispositivo demoníaco.



Intimidad

La soledad hiere el nocturno silencio imposible de nuestros oídos. Como el latido de ese animal salvaje del que siempre huimos, que no es animal, ni salvaje, sino en el orden del miedo en el que hemos sido educados.

En cada nueva esfera capturada por la economía, desde el continente americano hasta el simple cuidado o reproducción del cuerpo humano, se relanza la apropiación primitiva, el despojo originario de toda acumulación. De la misma manera, cada vez vuelve a romperse nuestra conexión con el cielo. Porque la incredulidad no afecta tanto a dioses ultraterrenos como a todo lo que podemos hacer vivir entre nosotros. «Una incredulidad innata; definitiva, total». Perdemos esa dimensión interior que no nos pertenece, porque es común, porque nos liga a todo lo que existe, nos pone en contacto con todas las mareas subterráneas y todas las fuerzas fuera del tiempo.

«El Mahabarata es el gran poema del olvido». Olvido, de esa dimensión que también nos constituye, prole de una Tierra que en su dureza no deja de proveer sustento y cobijo. Olvido de ese ser intermedio que llama a la vigilia... 


...entonces el alba no es un lugar seguro, a pesar de que las tinieblas desparecen y entramos en un mundo intermedio en el que el alma se deleita, es también uno de los momentos preferidos por los cazadores.  El jardín interior no es refugio suficiente, ni la amistad de un centenar de pájaros nos librará del peligro. Debemos estar bien despiertos justo antes del crepúsculo matutino, para que el cazador no sorprenda a nuestro corazónes...Quizás sólo así tendremos acceso real a ese mundo intermedio…al barzaj...

«¿Qué sientes? Eso es la verdad, pero no hay que nombrarla, porque apenas lo nombras ya se pierde...»



VIVA EL FUNAMBULISTA EN EL SOL DE MEDIANOCHE
ADIÓS, ABU ALI




LA NAVIDAD Y LOS ESTETAS
Gilbert K. Chesterton

La mejor reflexión sobre la Navidad que hemos encontrado. Una lección para todos los pequeños desprecios presuntuosos, un sendero a través de la confusión, un cuchillo en el vientre del nihilismo. Texto recogido en: GILBERT K. CHESTERTON, Herejes, 1905


VI
La Navidad y los estetas

La Tierra es redonda, tanto que las escuelas del optimismo y el pesimismo llevan toda la vida discutiendo si está al derecho o al revés. La dificultad no surge tanto del mero hecho de que el bien y el mal se hallen repartidos en proporciones prácticamente equivalentes; surge, principalmente, del hecho de que los hombres siempre disienten respecto de cuáles son las partes buenas y cuáles las partes malas. De ahí las dificultades que asaltan a las «religiones no confesionales». Dicen incorporar lo que es hermoso de todos los credos, pero parecen recoger todo lo que éstos tienen de aburrido. Todos los colores mezclados es un ámbito puro deberían dar como resultado el blanco. Pero cuando se mezclan en la paleta de cualquier pintor, el producto que se obtiene es una especie de barro. Algo muy similar sucede con las nuevas religiones. Semejante mezcla suele resultar en algo mucho peor que cada uno de los credos que los integran tomados por separado, incluido el credo de los ladrones. El error nace de la dificultad de detectar, en cualquier religión, cuál es la parte buena y cuál es la mala. Y esa dificultad se convierte en una carga pesada para aquellos que tienen la desgracia de pensar, respecto de una u otra religión, que las partes normalmente consideradas buenas son malas, y que las partes consideradas malas son buenas.

Resulta trágico admirar, y admirar sinceramente a un grupo humano, pero aún más hacerlo en un negativo fotográfico. Es difícil felicitarse por que los blancos sean negros y los negros sean blancos. Y eso es lo que con frecuencia nos sucede en relación con las religiones humanas. Tomemos a modo de ejemplo dos instituciones que son testigo de la pujanza religiosa del siglo XIX. El Ejército de Salvación y la filosofía de Auguste Comte.

El veredicto habitual que las personas educadas emiten sobre el Ejército de Salvación puede expresarse con estas palabras: «No me cabe duda de que hacen mucho el bien, pero lo hacen con un estilo vulgar y profano; sus fines son excelentes, pero se equivocan en sus medios». A mí, por desgracia, me parece que es justo lo contrario. Desconozco si los fines del Ejército de Salvación son excelentes, pero estoy bastante seguro de lo admirable de sus medios. Sus métodos son los métodos de todas las religiones intensas y sinceras; son populares, como lo son todas las religiones; militares, como todas las religiones; públicos y sensacionalistas, como todas las religiones. No son más reverentes que los católicos romanos, pues la reverencia, en la acepción triste y delicada del término, es algo que sólo les es posible a los infieles. Ese hermoso ocaso se encuentra en Eurípides, en Renan, en Matthew Arnold; pero en los hombres que creen, no se puede encontrar: solamente encontramos alegría y guerra. Un hombre no puede mostrar esa clase de reverencia a una verdad maciza como el mármol; sólo puede mostrarse reverente ante una hermosa mentira. Y el Ejército de Salvación, por más que su voz haya surgido en un entorno malo y con una forma desagradable, representa en realidad la vieja voz de la alegre y airada fe, enfervorizada como las turbas de Dionisos, salvaje como las gárgolas del catolicismo, que no debe confundirse con una filosofía. El profesor Huxley, en una de sus brillantes frases, llamó al Ejército de Salvación «cristianismo coribante». Huxley fue el último y más noble de esos estoicos que nunca han comprendido la Cruz. Si hubiera comprendido qué es el cristianismo, habría sabido que no ha existido nunca, y nunca existirá, un cristianismo que no fuera coribántico.

DÓNDE ESTÁ MI TRIBU
TEORIA I PRÀCTICA DE LES CURES

OVNI Arxius trobada avistament.
Aquest dissabte 12 de novembre.




La soledat està a l'alça.

Lo que el discurso estándar oculta es que la "normalidad" de las jornadas de cuarenta horas semanales más guardería más una abuela para los apuros es no ya mejorable, sino directamente inaceptable.
CAROLINA DEL OLMO, ¿Dónde está mi tribu?

A Suècia, punt extrem en les tendències occidentals a l'àmbit protestant, més del 50% de la població viu sola. La gent mor sola també, oblidada de tothom, una vida impulsada per un afany d'independència privada i d'adequació a la norma social, de comoditats i d'una socialitat just without phisical contact. El somni d'una vida independent, alliberada dels vincles comunitaris i de la família patriarcal s'ha revelat un malson de soledat, tristesa i buit existencial.

Hem de travessar les oposicions binàries que pretenen fer-nos elegir entre dues opcions, l'una dolenta i l'altra pitjor. No es tracta de tornar a la vella família estrictament patriarcal, però tampoc ens hem de conformar amb la soledat metropolitana. Es tracta de crear, d'assajar, altres maneres de viure i d'estimar.

Según (la antropóloga y primatóloga Sarah Blaffer Hrdy) Hrdy, las hembras de rata, una vez encerradas en jaulas con sus crías como única compañía, se comportaban de una forma muy parecida a las amas de casa norteamericanas de los años cincuenta, con sus obsesiones y sus neurosis. En cambio, observadas en libertad, las madres y sus crías mostraban un amplio abanico de comportamientos diversos en todo tipo de contextos sociales.
CAROLINA DEL OLMO, ¿Dónde está mi tribu?
Una funcionària sueca, dedicada a investigar la multitud creixent de casos de gent que mor abandonada, completament aïllada, sense ningú, es pregunta a The swedish theory of love: "Per a què serveix tenir un milió al banc si no ets feliç?" Però no és només no ser feliç, és la immensa somnàmbula tristesa que inunda una civilització ruïnosa, l'existència dins la qual s'esmuny en mig l'epifania d'una muntanya de deixalles. "¿Escucharon? Es el sonido de su mundo derrumbándose", diuen els zapatistes. La independència individual és l'ideal catastròfic d'un món perfectament organitzat i eficient però fred com el gel.

Al final de la independencia no está la felicidad. Al final de la independencia está el vacío de la vida, la insignificancia de la vida y un aburrimiento absolutamente inimaginable.
ZYGMUNT BAUMAN, entrevista inclosa a The swedish theory of love.

 
"¿QUÉ QUIERE DECIR CULTURA DE DERECHAS?"

Receta: meter el pasado en una caja, con tantas mayúsculas...
CONVERSACIÓN CON FURIO JESI

Verano de 1979, L'Espresso



Pregunta: ¿Qué quiere decir cultura de derechas? 

Respuesta: La cultura dentro de la cual el pasado es una especie de pasta homogeneizada que se puede modelar y mantener bajo una forma del modo más útil. La cultura en la que prevalece una religión de la muerte o también una religión de los muertos ejemplares. La cultura en la que se declara que existen valores no discutibles, indicados por palabras con la inicial mayúscula, sobre todo Tradición y Cultura pero también Justicia, Libertad, Revolución. Una cultura, en definitiva, hecha de autoridad, de seguridad mitológica acerca de las normas del saber, del enseñar, del mandar y del obedecer. La mayor parte del patrimonio cultural, incluso de quien hoy no quiere en realidad ser de derechas, es un residuo cultural de derechas. En los siglos pasados la cultura custodiada y enseñada ha sido sobre todo la cultura de quien era más potente y más rico, o más exactamente no ha sido, más que en una mínima parte, la cultura de quien era más débil y más pobre. Es inútil e irrazonable escandalizarse por la presencia de estos residuos, pero es también necesario intentar saber de dónde provienen.

(...)

P.: ¿Es posible distinguir hoy, en Italia, una cultura de derechas y una cultura de izquierda? 

R.: Tengo dudas sobre la posibilidad de aplicar hoy, en Italia, la distinción entre derecha e izquierda, no porque en abstracto me parezca infundada sino porque no sabría bien qué ejemplos de izquierda citar (si la derecha es aquella que decía).
«QUASI UN HOUYHNHNM»
Furio Jesi e l'ebraismo
link

ANDREA CAVALLETTI


Artículo complementario para el Seminario ovni del 3 y 4 de noviembre en La Base.
Invitación cat-cast


MARIO TRONTI, SOBRE EL PODER DESTITUYENTE

Entrevista - traducción de Artillería inmanente



Lo primero que me interesa que analicemos es la subjetividad política, ver si se produce hoy, y cómo, una subjetividad política. Más en general: ver si el proceso de subjetivación es en efecto el mecanismo a través del cual podemos aún pensar la acción y la militancia política. Mi pregunta concreta es si acaso no se necesita recuperar alguna enseñanza de la historia del feminismo y aceptar entonces el cortocircuito del proceso mismo de subjetivación, del sujeto como lugar eminente de la formación de la acción política. Porque es evidente que los procesos de subjetivación han mostrado sus límites, y quizá conviene empezar a pensar lo político yla política a partir de esta imposibilidad de razonar en los términos clásicos de la subjetividad política.

 
En realidad, ya hace cierto tiempo que no razono en términos de subjetividad, y es por un motivo preciso: porque cuando se dice subjetividad se necesita tener una al alcance o en acción. Cuando, sin embargo, no la tenemos de ninguna manera, si se habla de subjetividad parece que se hable de otra cosa. Por detrás asoma una cuestión más de fondo, que es la crisis del sujeto moderno que se hace una con el agotamiento del proyecto moderno, proyecto fundado precisamente sobre el sujeto. Hace tiempo que estamos dentro de esta dialéctica proyecto-sujeto. Creo que el propio Marx siguió un derrotero idéntico.

Pienso que la cosa viene de muy atrás, no de decenios, sino de siglos: desde el inicio de la edad moderna hasta la mitad del siglo XX. Esta idea de subjetividad —e incluso la idea de sujeto— ha tenido varias evoluciones. Ha sido objeto de una importante reflexión filosófica, pero no es sino con el marxismo, con el movimiento obrero, que esta subjetividad se hace subjetividad colectiva, una subjetividad social, política. Y creo que el arco dibujado por la modernidad, del sujeto singular, del sujeto-individuo, al sujeto social, concluye la historia del sujeto. Esta forma de presencia en la historia ha entrado en crisis. Mi impresión es que otra historia está a punto de abrirse camino, pero todavía no está claro cómo se desarrollará. Tengo la impresión de que con la emergencia de la clase obrera, del sujeto obrero, de la subjetividad obrera, se ha llevado a su conclusión la historia moderna del sujeto, la historia del sujeto moderno o, si se quiere, de la subjetividad. La irrupción de la clase obrera me parece más un hecho conclusivo que el inicio de una historia. Es propiamente la conclusión de la historia como tal. Pero lo dicho no implica rebajar la presencia de la clase obrera, creo que la ensalzo, en el sentido de que se trata de una fuerza que ha logrado llevar a término el largo y complejo recurrido de la historia moderna. Su derrota pone en crisis la idea de sujeto y, al mismo tiempo, no deja como residuo ningún otro tipo de subjetividad, ninguna otra forma de subjetividad. Me parece, por el contrario, que muestra el fin de la subjetividad misma.


Me ha sorprendido que en tu libro La politica al tramonto subrayes, en más de una ocasión, e incluso con trazos fuertes y notable énfasis, el sentido del posicionamiento y rehabilites la idea de una «revuelta ética», que clásicamente se ha mostrado antitética a la idea de revolución. Parece emerger un espacio nuevo, abierto a partir de la decadencia de la subjetividad política culminada en los años 60. Está claro que la dicotomía ya no es la clásica (la de Camus, para entendernos). Pero, entonces, ¿en qué sentido hablas de revuelta ética?

 
Efectivamente, es una expresión un poco fuera de mis hábitos mentales. Yo siempre he tenido un pensamiento antitético que, en cuanto pensamiento político fuerte, no dejaba lugar a la ética. Evidentemente, la crisis de la revolución política, junto con el primer acontecimiento que recordábamos, abre nuevos espacios. Ante todo porque el ámbito político resulta un ámbito limitado respecto al tipo de respuesta que este mundo, tal como es, nos emplaza a dar. Este tipo de mundo, este modelo social dominante, ha asumido una forma total. Ha ocupado ya todos los espacios, incluso los espacios humanos, incluso los espacios de la persona humana, y una respuesta pura y únicamente política parece una respuesta inadecuada, es decir, una respuesta a un nivel distinto en relación al problema, que es precisamente un problema total. A esto hay que añadir otra cuestión, que es la del descubrimiento de la dimensión antropológica de lo político. Aquí se entrevé la necesidad de ajustar cuentas con la sustancia del ser humano, que es mucho más compleja de lo que había proclamado la tradición revolucionaria marxista o el movimiento obrero. Se reducía el hombre al hombre trabajador, al hombre que blande un instrumento de trabajo. Así pues, ampliando la figura antropológica, ampliamos también la posibilidad de respuesta.

Por otra parte, se abren espacios nuevos porque este tipo de mundo y esta forma social, habiendo admitido esta totalidad, se muestra tan despreciable desde todos los puntos de vista que facilita su refutación. La revuelta ética muestra que hay que oponerse de una manera tan total como total es la realidad que tiene enfrente, o encima, debajo, dentro…


ELEMENTOS PARA UNA TEORÍA DE LA POTENCIA DESTITUYENTE
GIORGIO AGAMBEN

Material extra para el Seminario de OVNI Arxius sobre la Destitución,
3 y 4 de Noviembre en La Base.

Con ANDREA CAVALLETTI y MARCELLO TARÌ
Link a la invitación al Seminario.